La introducción no puede ser otra: Un día caminaba con mi amiga Rosana por una plaza comercial, que según recuerdo está en coyoacán. Yo, con aires de niño que se cree especial, le dije: "Todas las personas en estos lugares se parecen. Son tan iguales todas." Rosana, sin duda más sabia que yo, contestó: "Bueno, sí, eso depende. Mi hermana dice que todos los de Filosofía y letras nos parecemos"(temo utilizar mal las comillas en caso de que no recuerde exactamente las palabras, pero recuerdo que esta sí era la intención exacta). Allí confirmé una lección: todo se parece a todo. Sin embargo, ese esplendor raro que surge siempre de las cosas caras y de los lugares lujosos nunca ha dejado de sorprenderme, soy de los que mira con atención y la cabeza arriba en una plaza comercial.
Ayer, lunes en la noche, entré a otro de mis trabajos, que es en una tienda Zara. El horario es de 11 de la noche a 7 de la mañana, mi primer trabajo nocturno. La tienda está dentro de una plaza comercial, en una calle que se llama Molière (las calles de alrededor casi siempre son de escritores del siglo XV al XVII), en Polanco. Nunca había ido a Polanco, aunque el barrio de ahí no me parece para nada lujoso. Pero la plaza comercial lo parece.
La sensación de entrar en una plaza comercial vacía y oscura es única. Hay mucha seguridad en la entrada, pero dentro todo es silencio y unas pocas luces. Es raro estar "pocos" en un lugar hecho para "muchos", me sentí como caminando sobre un anfiteatro romano en ruinas. Luego entramos en la tienda.
Ropa muy cara, inaccesible para mí y mis compañeros, aunque especulo que debe ser barata para una clase media. Tengo un saco que compré (me compraron) en oferta en 400 pesos, y lo vi en la tienda: 1,400 pesos. Ahorrar, gastar. La economía siempre es tan @_@
El trabajo es sencillo y el ambiente es divertido. La paga, buena. A ver cuánto duro aquí.
Ayer, lunes en la noche, entré a otro de mis trabajos, que es en una tienda Zara. El horario es de 11 de la noche a 7 de la mañana, mi primer trabajo nocturno. La tienda está dentro de una plaza comercial, en una calle que se llama Molière (las calles de alrededor casi siempre son de escritores del siglo XV al XVII), en Polanco. Nunca había ido a Polanco, aunque el barrio de ahí no me parece para nada lujoso. Pero la plaza comercial lo parece.
La sensación de entrar en una plaza comercial vacía y oscura es única. Hay mucha seguridad en la entrada, pero dentro todo es silencio y unas pocas luces. Es raro estar "pocos" en un lugar hecho para "muchos", me sentí como caminando sobre un anfiteatro romano en ruinas. Luego entramos en la tienda.
Ropa muy cara, inaccesible para mí y mis compañeros, aunque especulo que debe ser barata para una clase media. Tengo un saco que compré (me compraron) en oferta en 400 pesos, y lo vi en la tienda: 1,400 pesos. Ahorrar, gastar. La economía siempre es tan @_@
El trabajo es sencillo y el ambiente es divertido. La paga, buena. A ver cuánto duro aquí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Suerte en su trabajo gato ;D... no se valla a quedar dormido.
¿Sabes? a los cuatro años me perdí en un centro comercial en no-recuerdo-dónde; por un momento pensé que la idea de dormir ahí sería lo mejor que me podría pasar en la vida, pero después el miedo me invadió y sólo salí corriendo.
Ahora sé que sería aterrador si estuviera sola.